No pensaba publicar nada en todo el verano ,así me daba aires de la que le ha pasado algo interesante y eso . Pero he de confesarlo mi verano es un desastre. Cuando estás en mayo o junio deseas ansiosa su llegada y te imaginas tardes tranquilas , la comida de mamá, cervecitas con los amigos de siempre . ¡Error! La realidad es que las tardes son interminables, la comida de mamá engorda y empacha y si como amigo de siempre cuenta mi padre, lo de las cervecitas podría pasar.
Pero bueno me consuela saber que todos mis amigos estáis más o menos igual, exceptuando aquellos desgraciados que están de viaje porque ya no son mis amigos. Porque mantengo una teoría que versa así : mal de muchos consuelo de tontos y yo soy la más tonta del mundo , por lo que , si te va mejor que a mí, carretera y manta que yo me alegro por ti , pero ya no somos amigos. La vida es así, no la he inventado yo. (Y como veréis esto tampoco).
Soy consciente de mi tono rencoroso y entiendo que haya gente que no comprenda lo extremo de esta situación. Pero ser de un pueblo donde ya no existe gente de tu edad es muy aburrido. Si no que se lo digan a un muy querido amigo mío que llego a decirle a sus padres: “!o me dais dinero para salir con Chupe y con Cochinachi o me suicido!”. Y el tío se quedo tan pancho a sus 26 años. No sé…será que somos el germen de la generación “NINI” o que hemos mitificado esta estación. Por ejemplo los amores de verano son un autentico suicidio sentimental. Vale que son bonitos pero son eternamente cortos y eternamente dañinos . En definitiva que me quedo con octubre.
